La proximidad de las elecciones obliga a la cúpula del Frente de Todos a revelar algunas cartas y a exponer de a poco cuál va a ser la estrategia del peronismo. Luego de varios meses de incertidumbre, la socia mayoritaria, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo los primeros movimientos: ratificó que no será candidata, apuntó en un set de televisión a «los hijos de la generación diezmada» y convocó el jueves a un acto masivo en la Plaza de Mayo. En el medio, se hicieron más evidente los alineamientos hacia adentro entre el kirchnerismo y el massismo por un lado y del albertismo por el otro. Además, crecieron las especulaciones sobre los candidatos para las boletas y cómo se presentarán en las PASO.
Si bien la ex presidenta considera que lo mejor es esperar a último momento para exponer la jugada final y así achicar el margen de error, se acercan dos fechas claves del calendario electoral. El 14 de junio, cuando los partidos deben inscribir las alianzas y el 24 de ese mes, cuando será el turno de los precandidatos. En la primera el Frente de Todos revelará si vuelve a inscribirse con ese nombre -una marca que muchos en el oficialismo consideran devaluada por la interna constante y por no haber logrado cumplir con el compromiso de la campaña 2019 de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y de los jubilados- o si opta por uno nuevo. Dirigentes de los tres sectores con mayor representación consideran que se priorizará la unidad y se volverá a anotar un solo frente oficialista.