Al menos 33 personas murieron por las lluvias torrenciales en China que hace días generan verdaderos estragos en varias ciudades. Durante las operaciones de rescate, además, fallecieron otros cinco ciudadanos hasta el momento y 18 están desaparecidas.
Entre los desaparecidos hay una rescatista, según informó en conferencia de prensa Xia Linmao, vicealcalde de la Pekín. Las muertes fueron productos de aguaceros como inundaciones y derrumbes de residencias donde se encontraba la gente.
El tifón Doksuri azotó a la ciudad china, provocando las lluvias más fuertes jamás registradas en la historia del país. Aproximadamente 1,29 millones personas se vieron afectadas por las inundaciones y las destrucciones y 15 mil hectáreas de cultivo se arruinaron. Todavía las fuentes oficiales no dan números cerrados de afectados porque todavía siguen encontrándolos.
Las lluvias generaron destrucciones importantes a las construcciones en áreas montañosas, dañando el suministro de agua en 507 aldeas, interrumpiendo las comunicaciones en 342, suspendiendo el transporte en 256 y cortando la electricidad en 273, al igual que en 16 comunidades residenciales. La mayoría de estas aldeas lograron restablecer su suministro eléctrico, el agua potable, los servicios de telecomunicaciones y el transporte gracias a la labor de los equipos de rescate, resaltó la agencia de noticias Xinhua.