CAFAYATE DIARIO – REDACCIÓN.– Si se contara alguna vez la historia de la mediocridad, la ignorancia y la falta de capacidad para manejar un municipio, en lo más alto del podio estaría el “gobierno” de la intendente, Rita Guevara.
Desde el día de su asunción a la fecha y bajo el mando de esta mujer que ha demostrado serias falencias en su instrucción, que confunde conducción y administración con dictadura. Que actúa como una nena caprichosa ante las cosas que ella quiere, sin pensar si son las mismas que el pueblo quiere; desde esa infausta jornada, la ciudad de Cafayate no ha vuelto a conocer nada que se parezca al progreso.
Con facultades políticas disminuidas por causa de sus limitaciones, la intendente, no supo -y quizás no quiso- rodearse de personas con mayor capacidad y terminó eligiendo un gabinete formado por seres elementales, algunos incluso, que ni siquiera tenían que ver con la función que iban a desarrollar, como nombrar a un diseñador gráfico en obras públicas y cosas semejantes.
No alcanzarían las páginas de un artículo para exponer la cantidad de errores, decisiones disparatadas y escándalos que han adornado a esta “gestión” de Guevara. Con no ser poco el desastre que ha promovido, todavía los vecinos que se animaron a levantar la voz habrían sufrido amenazas de parte de allegados a la intendente. Realmente, esta mujer, a Cafayate, le ha resultado peor que Isabel Bathory o Catalina de Medicis.
Nos disculpamos por incluir nombres de esta talla para ilustrar nuestra nota, porque sabemos que la intendente y su gente sólo conocen a la Pata Daisy.
Seguramente, ante nuestras palabras trinarán de furia, porque en su mediocre soberbia se creen víctimas de la verdad, pero recordemos que a esta altura del año NO SE CONOCEN EL RESULTADO DE SERENATA A CAFAYATE, es noticia nacional Cafayate por las escandalosas cifras gastadas en alcohol y nunca aclaradas, los concejales no pueden hacerse todavía con los contratos de los artistas convocados. No hay soluciones estructurales a ninguno de los problemas vecinales. Se firman convenios de dudoso contenido con la provincia de Córdoba y se contratan “asesores ad honorem” que son tan generosos que llegan a Cafayate volando en primera clase con esposa y todo y se hospedan en hoteles boutique. Esos contratos jamás se vieron.
Todo se puede esperar de la gente incapaz, soberbia y mediocre, pero que atentan contra la salud pública de los vecinos, eso ya es intolerable. Al parecer, toda la partida de papas fritas compradas para Serenata -otro número en duda-, está vencida y está siendo repartida entre la población.
A esta altura, la gente de bromatología ya debería haber renunciado por complicidad en una posible intoxicación masiva.
Pero lo que marca el punto más alto del desprecio que siente la intendente, Rita Guevara, por su pueblo, es haberle enviado esas papas fritas vencidas nada menos que a los bomberos que a riesgo de su vida apagan los incendios. Lo que las llamas no pueden con estos profesionales, parece que la intendente pretende, nada menos que ganarle al fuego dañando a los servidores públicos.
Apenas seis meses y la colección de atropellos es cuantiosa. ¿Qué más tienen que esperar los vecinos de Cafayate?